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GORDOS ORGANIZADOS DEL URUGUAY

Tras encadenarse consiguió lo que le habían prometido

IMM.. Por Nicolás Oromí Mailhe. EL PAIS, digital. Roberto Méndez es una de las 16 mil personas que el año pasado concursaron para ocupar un puesto laboral en la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM). ¿Qué tiene de especial?, que a pesar de haber sido uno de los ganadores del concurso el gobierno municipal le exigió bajar de peso.

Pesaba 120 kilos y le pidieron que hiciera el esfuerzo y llegara a los 92 kilos. De esa manera iba a poder acceder al puesto de chofer dentro de la comuna. Concretamente, fue el director de Recursos Humanos de la intendencia capitalina, Pablo Anzalone, quien habló con él y le comentó que para incorporarlo debía bajar de peso.

Y Roberto así lo hizo. En un mes bajó unos 20 kilos atravesando diversos inconvenientes como mareos y desmayos, "propios de un sistema de adelgazar que no es bueno para la salud", señaló Luis Cherro, presidente de Gordos Organizados del Uruguay (GOU), a EL PAÍS digital.

Tras varias y largas promesas por parte del gobierno municipal, manifestándole que iba a ser incorporado, Roberto se cansó. Más aún cuando se enteró del ingreso de varias personas "vinculadas al Frente Amplio", explicó Cherro.

Fue entonces cuando tomó la decisión de encadenarse frente a la intendencia para reclamar por su ingreso (como debía ser según el resultado del concurso) y dejar en "evidencia" la discriminación hacia los gordos por parte del intendente Ricardo Ehrlich, sentenció.

Según manifiestan desde Gordos Organizados, Anzalone había prometido contratos por seis meses a quienes estaban en esta situación y habían ganado el concurso. Sin embargo, eso nunca sucedió.

"Dentro de los 30 puestos ingresaron muchos acomodados, personas vinculadas al Frente Amplio y nosotros decidimos apoyar al compañero. Dicho por los propios integrantes de Adeom, cuando tuvieron varios problemas con esta administración, la IMM es un comité de base del Frente Amplio", criticó el presidente de GOU.

Hoy, tras enterarse por los medios de que Roberto Méndez estaba encadenado frente al edificio de la Intendencia denunciando discriminación, Pablo Anzalone bajó de su oficina, le pidió que abandonara su postura y lo acompañara a dialogar dentro del municipio.

Finalmente, Roberto consiguió lo que buscaba; que se le respetara lo conseguido en el concurso y se lo incorporara a la plantilla de funcionarios muncipales. "Acaba de arreglar con Anzalone y va a poder trabajar", dijo Cherro.

De todos modos, el presidente del GOU sostiene que toda la situación revela el grado de discriminación que sufren los gordos y la califica como una forma de xenofobia. "Hace tiempo que estamos en esta lucha, la obesidad no es reconocida como enfermedad, por eso tenemos la esperanza de que este año se apruebe la ley de obesidad", dijo Cherro.

Por ahora, la única reivindicación obtenida por los gordos es la obligación para las tiendas de ropa de tener talles grandes de todas las prendas.

Entre tanto, la preocupación por el sobrepeso o la obesidad declarada continúa excediendo los meros límites de la salud personal. Por lo menos sí está en sus planes conseguir un puesto en la Intendencia.


El País Digital

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